La empatía es la habilidad de comprender
emocionalmente a la otra persona. Dicho de otra manera, ponernos en su lugar y
conocer que siente, intentar comprender los sentimientos y emociones que siente
la persona con la que estamos interactuando.
Es una habilidad esencial en las relaciones humanas
pero, sobretodo, debería serlo para todas aquellas personas que tratan
diariamente con personas, profesionales de la salud: médicos, enfermeros y
enfermeras, especialistas, psiquiatras, psicólogos, counselors, etc. o los profesionales que intervienen en
situaciones difíciles como la policía, los servicios de emergencias; el
personal de justicia: abogados, fiscales y personal administrativo en general y más aún
cuando tratan temas como la salud u otras situaciones importantes.
Ventajas
de ser empático con la gente
Ser empático con la gente nos trae múltiples
beneficios.
- Facilita la relación con la gente: cuando nos sentimos comprendidos, establecemos un clima de confianza.
- Ayudas a la otra persona: a desahogarse, a consolarse, a confiar en ti.
- Tú desarrollas una habilidad: muy importante para el trato con los demás y esencial para establecer relaciones sanas.
- Cuando toca comunicar malas noticias: facilitas a esa persona que pueda asimilarlas de la forma más eficaz, positiva y sana.
Probablemente, si has sabido mostrarte empático,
esa persona guardará un muy buen recuerdo de ti.
¿Eso
significa no tener personalidad?
Cuando analizamos qué es la empatía vemos
rápidamente que ser empático no tiene nada que ver con no tener personalidad.
Ser empático no significa asumir las opiniones, ideas, gustos, aficiones o
rasgos de la otra persona (eso es ser simpatico).
Simplemente ser empático es una habilidad para
poder comprender los sentimientos y emociones de la otra persona en ese momento
o situación que nos está narrando. Nunca
implica asumir y estar de acuerdo con ellos. Sólo comprenderlos.
Consejos clave para desarrollar tu empatía
- No olvides ponerte en el lugar de la otra persona sin perder la objetividad.
- Identifica que sentimientos y emociones está experimentando la otra persona.
- Déjale claro que has recibido el mensaje.
- No te impliques en sus sentimientos, sólo reconócelos.
- Cuida tu comunicación, la verbal y la no verbal.
- Tú no eres su solución, simplemente necesita que lo escuches y comprendas.
Autor: Laura Cano – Psicologa
Fuente: http://www.enbuenasmanos.com/
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